Virgen de Ger (Elvira Bartolomé, P)







1. DATACIÓN

   La Virgen de Ger es una talla en madera que procede de la iglesia parroquial de Santa Coloma de Ger perteneciente a la comarca de Baja Cerdaña en Lérida y actualmente se encuentra expuesta en el Museo Nacional de Arte de Cataluña de Barcelona. 
   Fue realizada en la segunda mitad del siglo XII, por lo que cabe encuadrarla dentro del estilo románico, aunque su autor nos es desconocido.
   El material utilizado para la realización de esta obra es la madera de álamo policromada, sus dimensiones son 51,8 x 20,5 x 15,5 cm.

   La madera fue uno de los materiales más empleados para las figuras de devoción exentas en la época románica, al igual que cuando se utilizaba la piedra, las maderas eran las propias del lugar y para las imágenes de las vírgenes se acostumbraban a emplear dos bloques, uno para la Virgen y otro para el Niño, el trabajo se acababa normalmente con la aplicación de policromía para las destinadas a iglesias rurales y para grandes monasterios o comitentes se cubrían con metales preciosos y pedrería, dejando al descubierto sólo la madera policromada de los rostros y las manos.



2. PERTINENCIA DE LA IMÁGEN

   La Vírgen de Ger es un buen ejemplo de escultura románica, reúne las características propias del estilo, simetría, hieratismo y antinaturalismo, que busca la representación de la escena religiosa de los símbolos alejada del mundo, de lo cotidiano y físico. Poco a poco, la escultura irá evolucionando hacia una estética más naturalista, a la par que aparecerá una visión más humana de la divinidad; dando paso a la interpretación del tema de la Virgen con el Niño que hará el gótico a partir del siglo XIII. Entonces el arte mostrará a la Virgen ya no como el Trono sino como la Madre de Dios y, por extensión, de la Humanidad.

   He elegido esta obra porque me llama la atención la poca expresividad que transmiten la Virgen y el Niño, también por los detalles del manto y por la policromía.

   Las representaciones de bulto de la Virgen y el Niño aportan al románico una estética muy significativa y generalizada en toda Europa en los siglos XI y XII, que llama a la devoción de una manera sencilla y tiene una finalidad didáctica que busca inspirar al fiel en la devoción. Hay que tener en cuenta que eran muy pocos los que entonces sabían leer y escribir y a través de las imágenes se llamaba al fiel a la devoción.



3. JUSTIFICACIÓN TEÓRICA

   Esta obra tiene un carácter simbólico ausente de cualquier representación maternal o infantil. Ambos personajes, sin entablar relación, parecen mirar distantes, marcando claramente la diferencia entre el mundo terrenal, el del fiel que la observa, y el mundo de lo sagrado, en el que se sitúan ambos personajes.

   Esta arepresentación sigue el modelo bizantino de Theotocos (Trono de Dios) o Sedes Sapientae (Trono de la Sabiduría). Hay un marcado antinaturalismo e hieratismo que acentúa el simbolismo de la misma. El tamaño de la cabeza y las manos, que es desproporcionado, especialmente en la Virgen, contribuye a crear el sentido de trono sobre el que se asienta el Niño. En la escultura románica no hay nada superfluo ni anecdótico, de manera que al escultor románico le interesa más el mensaje que la forma y tampoco busca el reconocimiento personal de su obra, por eso no conocemos a los escultores de esta época.

Comentarios

Entradas populares