Virgen del libro (Micaela Vascan, P)
1. Virgen con el Niño, conocida con el nombre de Virgen del libro (en italiano, Madonna del libro). El lienzo mide 58 centímetros de alto y 39,5 centímetros de ancho. Está datada hacia 1480-1482. Actualmente, se conserva en el Museo Poldi Pezzoli de Milán.
Fue pintada por Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, apodado Sandro Botticelli (Florencia, 1 de marzo de 1445-17 de mayo de 1510). Nació en Florencia, en un barrio de trabajadores en el arrabal de Solferino. Fue el menor de cuatro hijos. Se convirtió en aprendiz a los 14 años, lo que indica que recibió una educación más completa que otros artistas del Renacimiento. El padre lo mandó al taller de Fray Filippo Lippi, en Prato (de 1464 a 1467). De este pintor recibió Botticelli sus mayores influencias, la delicadeza expresiva en los rostros y los gestos, los detalles decorativos. Murió el 17 de mayo de 1510 y fue sepultado en su parroquia, la iglesia de Ognissanti, en Florencia. El espacio de esta obra, está compuesto por tres planos. En el primer plano observamos a la virgen, el niño y el libro. En el segundo plano el resto de los elementos del cuadro y en el tercer plano el paisaje que se ve a través de la ventana. La habitación no está recargada cada objeto está situado en su sitio y da a la obra una perfecta armonía. Es un cuadro de gran equilibrio y sentido del color. La virgen está leyendo un libro ya que se pueden apreciar las letras. Puede verse un modelo de Virgen seria, abstraída en su propia belleza y actuando siempre con gran seriedad. Las Madonnas de Botticelli reflejan una relación más intelectual que afectuosa entre Madre e Hijo. Las manos de la madre y del hijo tienen la misma actitud: la derecha abierta en un gesto parecido al de la bendición, y la izquierda cerrada .El Niño mira a su madre mientras ésta, seria, no se sabe si mira al hijo o está absorta en la lectura del libro abierto sobre el que descansa su mano.
Como símbolo de su futuro, el Niño Jesús sostiene los tres clavos de la cruz así como la corona de espinas. Se trata de una representación frecuente en la iconografía cristiana.
2. La estética de Botticelli expresa el espíritu renacentista. La belleza de la virgen destaca sobre la espiritualidad de la composición.
En este cuadro se puede ver como el Renacimiento da una gran importancia a la temática religiosa; también la perspectiva es una de las características de la pintura renacentista, pues juega con la perspectiva y los colores para dar profundidad a la composición.
3. En este movimiento artístico se recoge el ideal de belleza griega, piel blanca, sonrosada en las mejillas, cabello rubio y largo, frente despejada, ojos grandes y claros, hombros estrechos, como la cintura, manos delgadas y pequeñas, en señal de elegancia y delicadeza, cuello largo, labios y mejillas sonrosados.
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