Pantocrátor (Carlota Ruiz De Gauna, N)
1. DATACIÓN
Localizado en el ábside de la Catedral de Cefalú, Sicilia, Italia. Un mosaico hecho al puro estilo Bizantino. La catedral de Cefalú es uno de los monumentos más importantes de la isla de Sicilia. Encargada por el rey Ruggero II de Sicilia en 1131 y inaugurada en 1240. Los mosaicos son de estilo normando-bizantino, se extienden por toda el ábside representando temas como el “Cristo Pantocrátor”. Este, en concreto, esta hecho con colores muy vivos como amarillos, verdes, rojos… El Pantocrátor levanta la mano derecha impartiendo la bendición y a la vez, en la mano izquierda, sujeta los Evangelios. Mientras la Virgen, acompañada de cuatro arcángeles, ocupaba el cuerpo inferior y más abajo todavía los doce Apóstoles. El Pantocrátor tiene un título escrito en latín sobre un fondo dorado, acompañado de la fecha de conclusión del trabajo (1148).
"Factus homo factor, hominis factique Redemptor. Iudico corporeus corpora corda Deus."
(Yo) el creador (me) he hecho hombre. Yo Redentor del hombre y del hombre que hice. Juzgo en cuanto corpóreo los cuerpos, en cuando Dios los corazones
2. ADECUACIÓN
El atributo pantocrátor («todopoderoso», del griego παντοκράτωρ, compuesto de παντός —en español: «todo»— y de un derivado de κρατός —en español: «fuerza, poder»—) se aplicó a Zeus en la mitología griega. La figura del pantocrátor la encontramos en las iglesias, tanto en el exterior como en el interior. Teniendo así, tanto una función social como teológica. La representación de la divinidad era uno de los temas más característicos y usuales en la Edad Media, haciendo del Pantocrátor la única forma de belleza perfecta, una belleza espiritual, divina. Esta es primordial y objetiva, todo lo creado a partir de Dios es bello haciendo a este el origen de cualquier belleza. Tenía una función didáctica y decorativa. La representación de pasajes de la Biblia o figuras como el Pantocrátor, enseñaba a los fieles, tenía un carácter narrativo. Acercaban a los fieles al significado de los actos de culto. En la cultura bizantina el Pantocrátor representaba tanto al Dios Padre o a Cristo, al igual que en el arte románico.
3- JUSTIFICACIÓN TEÓRICA
El mosaico tiene una herencia mesopotámica y romana, donde se representaban temas de origen paleocristiano. Es utilizado como recurso de riqueza, recubriendo muros y bóvedas. Los bizantinos cubrían estos muros como una máscara, careciendo de relieve.
La figura del Pantocrátor, esta formada con una figura muy rígida y simétrica, con gestos inexpresivos y con una dirección frontal. Sin embargo otras figuras del arte bizantino se caracterizan por su expresividad. Representado con larga melena, barba y situado en el centro de la iglesia rodeado de ángeles en la parte inferior. A la izquierda y derecha encontramos como símbolos “Alfa” y “Omega” representando el inicio y el fin, de todas las cosas. Rodeándolo se encuentra una mandorla (un óvalo) que a modo de arco iris que es la propia luz (y poder) que expande por el mundo a la vez que lo separa de él.
La importancia del color adquirió gran importancia en la Edad Media, transmitiendo un valor simbólico como una cualidad humana o divina. El mosaico bizantino se basa en una rica gama de colores, como dorados o plateados. Con el fondo dorado intentan abandonar el concepto realista-naturalisra del arte romano para preocuparse más de lo simbólico de esta figura. Se da mayor importancia al color que al espacio. En algunos casos el uso de un determinado color tenía un significado basado en el valor y dificultad para obtenerlo. El uso del blanco, verde y rojo juntos representan las tres virtudes cardinales: la fe, la esperanza y la caridad. Estos colores significan un ideal. El azul de la túnica del pantocrátor era un símbolo clave. Este símbolismo, a través de los colores, cumplen el carácter objetivo y condicional de la belleza, creando una relación. El mosaico bizantino se basa en una rica gama de colores, como dorados o plateados. El fondo dorado intenta abandonar el concepto realista-naturalisra del arte romano para preocuparse más de lo simbólico de esta figura.
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